Una de las experiencias más singulares y auténticas que se pueden vivir en Palma es subirse al pequeño y pintoresco Tren de Sóller, que como su nombre indica, une la capital de Mallorca con esta ciudad ubicada norte de la isla. El ferrocarril, con sus vagones de madera originales, fue construido a principios del siglo XX y cubre un recorrido de 27 kilómetros, con paradas en Son Sardina y Bunyola.

El viaje es simplemente fantástico, pues atraviesa la Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y discurre entre naranjos, montañas e interior de la isla.  Una vez en Sóller, si quieres, puedes enlazar con un tranvía que une el pueblo con el puerto. Y hablando de combinaciones, hay otra imbatible: la denominada Vuelta Isla, en la que al tren de Sóller y el tranvía se le une, en el mismo día, una ruta en barco que te llevará hasta Sa Calobra y el Torrent de Pareis, la cala más fotografiada (y con razón) de Mallorca. ¡Viajeros al tren!